La tecnología pone hoy en día a nuestro alcance una cantidad de herramientas increíble para incrementar nuestra productividad. No obstante, las herramientas por sí solas no nos van a llevar muy lejos, hemos de saber a dónde queremos ir, y cómo manejarlas. El método Ivy, creado por Ivy Lee, hace más de 100 años, sigue siendo recomendado por todos los expertos para mejorar nuestra productividad.
No me he resistido a dejar aquí pues el breve artículo que nos explica el método y su historia publicado en La Vanguardia el 13 de Septiembre de 2016 por Guillermina Torresi:
“…
La “lista de tareas” más productiva de la historia es de hace 100 años.
La actualidad esta repleta de ejemplos, fórmulas y técnicas para sacarle partido al tiempo. Aplicaciones, revistas, calendarios y agendas intentan ayudar a encontrar el camino que nos lleve a conseguir la máxima productividad.
La verdad es que, según los expertos, existe una lista eficaz para obtener un buen rendimiento de la semana. Se trata del Método Ivy. Creado hace más de un siglo, lleva el nombre de su autor Ivy Lee, uno de los consultores de productividad más caros en el año 1900.
Esta fórmula solo consta de cinco puntos y es ahí donde reside su éxito: en su sencillez. La historia de este método salió a la luz en 1918 (aunque ya había sido creado por el autor con anterioridad). La historia cuenta que Charles M. Schwab, presidente de la empresa de acero Bethlehem y uno de los hombres más ricos del mundo, buscaba constantemente la táctica perfecta para aumentar la eficiencia de su equipo.
Schwab decidió, entonces, organizar una reunión con Ivy Lee. Según la historia, el consultor le dijo a Schwab que le diera “tan solo 15 minutos con cada uno de sus empleados” y que “sin pagar absolutamente nada por ello, si en el futuro el método no funcionaba le enviara un cheque por lo que valía el tiempo perdido por su equipo”.
Lee explicó a cada uno de los trabajadores su sencillísima lista:
1. Al final de cada día escribe las seis cosas más importantes que tengas que hacer al día siguiente. Nunca más de seis.
2. Prioriza en esa lista las cosas más importantes que tengas que llevar a cabo.
3. Cuando te despiertes, enfoca toda tu concentración en realizar la primera tarea de la lista. Trabaja en ella hasta que esté terminada.
4. No puedes pasar a la segunda hasta que la primera no esté finiquitada.Cuando acabes, pasa a la siguiente y así hasta llegar a la última.
5. Si el día se acaba y no has podido terminar con todas las tareas, no pasa nada, las añades a la lista del día siguiente, añadiendo aquellas que hagan falta. Y así cada día.
Schwab confió en Lee y después de tres meses estaba tan encantado con el progreso de la empresa que le pagó 25.000 dólares (un cheque por esa cantidad en 1918 es como uno de 400.000 euros en 2016).
El éxito de la lista reside en que es básica y sencilla
La eficacia de esta “lista de tareas” se debe a que es sencilla y que no quita más de 10 minutos al día. Hay una crítica y es que“¿qué pasa si surge una emergencia?, ¿qué sucede si hay algo que nos frene a realizar nuestras tareas?”. Ivy Lee contaba con ello y apunta que “las emergencias deben tratarse con prioridad, la lista se acabará cuando sea el momento, lo indispensable es tener un recorrido marcado para volver a él cuando podamos”.
El aspecto principal de este método es que tú mismo eliges lo que debes hacer y cómo hacerlo y, gracias a ello, consigues ponerte objetivos y límites a ti mismo.
…….”
A la hora de incrementar la productividad, la tecnología, como cualquier otra herramienta, por sí sola no basta. Si te interesa formarte en herramientas de productividad, ponte en contacto y juntos diseñaremos el curso que mejor se adapte a tus necesidades.